Este libro tiene el equilibrio justo entre fantasía, mitología, romance, acción y crítica social. Como se aprecia en la sinopsis, el pueblo donde vive la protagonista se encuentra oprimido por la estricta división de clases; los artistas observan y registran los sucesos para mantener informada a la gente que, como se menciona, no puede oír (dependen de su vista y de hablar por señas), los mineros trabajan como esclavos para extraer metales que se intercambian por comida con Beiguo, y aquellos que no pueden trabajar en ninguno de los dos lugares simplemente son mendigos.
Esta injusta separación es la que ha separado a dos amigos de la infancia: la propia Fei, que al crecer se convierte en una de las artistas más talentosas de la escuela, y Li Wei, a quien destinan a las minas con su padre. Pero cuando la crisis del pueblo los vuelve a cruzar y se alían para descubrir la verdad y buscar la forma de ayudar a su gente, los sentimientos que ambos se esfuerzan por ignorar (sobre todo Fei) se vuelven irresistibles. Y dado que la mayor parte del libro la transitan los dos solos, el romance va creciendo y se vive a cada página.
Sobre la autora, quizá algunos la conozcan por la saga Vampire Academy, de la cual yo leí un poco del primer libro pero la historia no llegó a engancharme lo suficiente. Este libro, en cambio, se me hizo imposible de soltar. La trama es atrapante, dejándote luchar con la intriga sobre qué sucederá después. Los personajes y su cultura están muy bien construidos, tomando muchas influencias de la mística antigua China. La prosa no es lenta por nada del mundo, pero a la vez deja lugar para esas escenas detalladas, intimistas, llenas de sentimientos que, sobre todo a los amantes del romance como yo, nos encantan.
¡¡En resumen, un libro imperdible!! Como siempre, les dejo los links a las redes sociales para que me ayuden a pedir por una segunda parte... ;) ;)
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